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El material más antiguo que la industria puede retomar para sus futuras construcciones

Posted by SpringLivingMedellin on 17 de noviembre de 2023
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En nuestra búsqueda constante de materiales de construcción más eficientes, rentables y respetuosos con el medio ambiente, nos encontramos con un camino circular que nos lleva de vuelta a un recurso ancestral: la piedra. Sí, esos mismos bloques que nuestros ancestros utilizaban hace siglos para erigir muros, castillos y majestuosas catedrales. Aunque la piedra en sí no es novedad, su potencial en la construcción ha resurgido con un argumento fresco y convincente: en términos de costos, rendimiento y calidad, las rocas extraídas de canteras pueden ser la respuesta para reducir la huella de carbono que la industria de la construcción deja al utilizar otros recursos, como el hormigón o el acero.

Pero esto no es pura teoría; ya se está poniendo en práctica. La construcción ha tenido un «pendiente» ambiental durante mucho tiempo, y no es un secreto que es una de las fuentes principales de contaminación. La ONU estima que aproximadamente el 38% de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía provienen de la construcción y la operación de edificios, y este impacto se ha agravado en los últimos años. Por ejemplo, en el Reino Unido, se estima que la industria de la construcción es responsable de alrededor del 18% de la contaminación por partículas en el país. La fabricación de ladrillos es otra fuente significativa de contaminación, como se ha estudiado en Bangladesh.

En los últimos años, se ha centrado la atención en la huella de carbono generada durante la producción de materiales como el hormigón o el acero. En 2021, se atribuyó al hormigón al menos el 8% de las emisiones globales de CO2 causadas por humanos, mientras que la industria del acero en la Unión Europea representó el 5% de las emisiones de este gas, una cifra que aumenta al 7% si consideramos una perspectiva global. Ante estos datos, el sector de la construcción ha estado buscando soluciones para mantener su actividad al tiempo que cumple con los objetivos de descarbonización.

¿Podrían las piedras ser la solución? Algunos arquitectos lo creen así y ven en las piedras, que nuestros antepasados utilizaban para construir dólmenes, castillos y catedrales, un recurso con características fascinantes. Las piedras son resistentes, duraderas, ignífugas y están disponibles en grandes cantidades, y su uso conlleva niveles de consumo de energía y emisiones notoriamente bajos.

La propuesta no se limita a utilizar piedras como revestimiento en láminas que cubren estructuras de hormigón y acero. Va más allá y sugiere recuperar las piedras para crear estructuras sólidas, como columnas y vigas de piedra maciza. «Durante los últimos 90 años, la mayoría de los edificios ‘de piedra’ en realidad son solo un revestimiento de baldosas», explica Amin Taha, arquitecto alemán y fundador del estudio Groupwork con sede en Londres.

Pero, ¿cuáles son las ventajas de esta estrategia? Además de ser resistente, ignífuga y, sobre todo, abundante, la piedra ofrece tres ventajas notables que han captado la atención de la industria de la construcción. En esencia, construir con bloques de piedra maciza es rápido, rentable y produce solo una fracción de las emisiones asociadas a otros materiales de construcción.

Si hablamos de costos, el estudio Groupwork ha calculado que el uso de piedra maciza en lugar de bloques de hormigón con revestimientos de piedra puede generar un ahorro sustancial en la construcción de edificios. Esta ventaja es especialmente evidente cuando se opta por dejar la piedra al descubierto. Este enfoque puede conducir a un recorte de gastos del 24%. Según afirma Amin Taha, arquitecto y fundador de Groupwork, «los cimientos y sótanos de piedra son más económicos que los de hormigón». Además, no se trata solo de una teoría, ya que Taha y Webb Yates Engineers han diseñado exitosamente edificios de piedra en Londres, como 15 Clerkenwell Lose y 317 de Finchley Road, que ofrecen costos por metro cuadrado por debajo del promedio de la zona.

Sin embargo, más allá de los costos, existen otras consideraciones. A diferencia de ladrillos, acero u hormigón, los bloques extraídos de canteras pueden reutilizarse si en algún momento se decide desmontar el edificio que componen. A largo plazo, una vivienda de piedra puede desmontarse y su material puede emplearse en otro lugar. Esta posibilidad contrasta con el hormigón armado, que solo puede triturarse para su uso como árido. Además, la piedra es un recurso increíblemente abundante y ampliamente disponible.

En cuanto a la sostenibilidad ambiental, la piedra también ofrece ventajas notables. Steve Webb, de Webb Yates Engineers, destaca que la piedra garantiza un ahorro inmediato de carbono, en contraste con los árboles plantados para la obtención de madera, que tardan décadas en madurar. La explotación de canteras podría permitir un uso más eficiente de los recursos en comparación con la silvicultura, ya que un solo árbol ofrece aproximadamente 1,5 m³ de madera útil, mientras que bajo el terreno que ocupa un árbol, se pueden encontrar cantidades significativamente mayores de piedra.

Estudios demuestran que el carbono incorporado en un edificio de piedra, considerando la minería, el transporte y la construcción, podría ser un 60% inferior al de una vivienda de hormigón armado revestida con láminas. Además, se destacan beneficios adicionales, como la resistencia, durabilidad, versatilidad y bajo mantenimiento de las construcciones de mampostería de piedra.

Estas ventajas teóricas se han materializado en la práctica a lo largo de los últimos años en la construcción de edificios en los que la piedra desempeña un papel fundamental más allá del mero revestimiento. Ejemplos incluyen el innovador edificio 15 Clerkenwell Close en Londres, el inmueble residencial de Fichley Road, también en Londres, o el edificio de piedra maciza diseñado por Atelier Archiplien en Ginebra. Incluso en España, se han llevado a cabo proyectos recientes, como viviendas sociales en las Baleares construidas con piedra de carga extraída en Mallorca.

Sin embargo, es importante señalar que, aunque la piedra presenta ventajas considerables, no es una solución perfecta. Las canteras pueden generar molestias, contaminación y daño a los hábitats locales. Los defensores de la piedra reconocen que deben considerarse otros factores, como el impacto en la biodiversidad y las condiciones laborales en las explotaciones, especialmente en ciertos países. A pesar de estos desafíos, celebran el gran potencial de este recurso, que nuestros ancestros utilizaban para erigir dólmenes. Como afirma Joe Duirwyn, especialista en materiales naturales de Architects Climate Action Network, «es absolutamente 100% mejor que el hormigón y el acero».

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